El 5 de setiembre de 1929, Alberto Macció reunió a un numeroso grupo de maestros, jubilados escolares y empleados administrativos dependientes del Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal, en el Museo Pedagógico, con el objetivo de considerar un proyecto de “Cooperativa de Consumo de Maestros y afines”. Como se explica en el 1° artículo de su acta fundacional: “(…) cuya finalidad especial es la de proveer mercaderías de consumo a sus afiliados, a precios módicos”.fundadores-1
El proyecto debía poseer los valores del cooperativismo: la responsabilidad social, solidaridad, ayuda mutua, igualdad y equidad. Y se regiría a través de los principios cooperativos de membresía abierta y voluntaria, control democrático, participación económica de sus miembros, autonomía e independencia, educación, entrenamiento y formación, cooperación entre cooperativas y compromiso con la comunidad.
El 10 de octubre del mismo año, se eligió el Comité Administrativo Provisorio de la Cooperativa Magisterial del Uruguay, formado por 14 titulares y sus respectivos suplentes, un Delegado del Consejo Nacional de Educación Primaria y Normal y su suplente.
El año 30 fue muy importante para la Cooperativa, se compró el primer soporte para el futuro almacén, se pidió al Consejo de Enseñanza Primaria y Normal una lista de propiedades escolares donde instalar el “almacén”, como le decían en dicha época, se abrió una cuenta bancaria, se nombró a un asesor para comenzar las compras, se inició el trámite para obtener la Personería Jurídica y se arrendó un local en Arenal Grande 1394 bis. El 15 de setiembre se llevó a cabo la inauguración de la sede. Más tarde la misma se trasladaría a Rio Negro y Canelones, dado el notable crecimiento de la demanda.
(*)Tomado del artículo de la Maestra Nelly Graña, publicado en el Suplemento 75 años COMAG.