COMAG.- CEFIC.-
La CEFIC, Comisión de Educación, Fomento e integración Cooperativa, tiene el agrado de llegar a los Señores Socios, para referirse a un acontecimiento de singular relevancia para la historia de nuestro país:
BATALLA DE LAS PIEDRAS.
Para comprender la magnitud de este evento, debemos situarnos en el año 1811. Los territorios de la Banda Oriental, se encontraban convulsionados por diferentes hechos que la historia atesora. Los hombres se van uniendo y formando lenta y trabajosamente, el Ejército Oriental, con paisanos, contrabandistas, matreros, indios, vecinos establecidos, gauchos, esclavos, estancieros, todos de diferentes orígenes, con las únicas condiciones de ser voluntarios y amar la libertad. Lluvia copiosa en los días previos a la Batalla, campos inundados, hombres exhaustos, sin ropa adecuada y mucho frío… Pero el 18 de mayo, amaneció sereno: Artigas alienta a las tropas, y marcha hacia Las Piedras donde lo esperan los españoles, en una loma, de espaldas al Arroyo Las Piedras, con un ejército de hombres bien armados, disciplinados, que marcaban una importante superioridad.
Las fuerzas artiguistas, con armamento precario, compuesto por cañas tacuaras, enastadas con cuchillos o tijeras de esquilar, pocos fusiles, boleadoras, sin uniformes, disciplina militar, o armamento moderno… Pero tenían algo intangible que los haría victoriosos: el entusiasmo, el fervor, las ansias de libertad, y el compromiso asumido con la Patria !
La batalla comienza en la mañana, y culmina al atardecer. Artigas desplegó su inteligencia y actuó como un experto Comandante. El Capitán José de Posadas, izó la bandera blanca, y clavó su espada en el suelo, en señal de rendición. El Comandante de los Orientales, fue tolerante y compasivo, y dejó sus palabras plasmadas para la historia:
“Clemencia para los vencidos, curad a los heridos, respetad a los prisioneros”
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